Las injusticias nos ponen la piel de gallina. Una guerra siempre nos parecerá injusta. Todos pierden. Siempre. Pero los que más sufren son a los que les pilla por sorpresa. Los que una mañana se despiertan y se dan cuenta que su vida va a cambiar para siempre. Que el terror está en las calles y que sus sueños tendrán que ser pospuestos. Ahora lo único que importa es sobrevivir. Y entonces miran a los pequeños de la casa, que necesitan que alguien les diga que todo va a salir bien. Que hay esperanza. Cuando uno es padre o madre tiene una intuición casi sobrenatural para tomar buenas decisiones, por muy difíciles que sean en algunos casos. Como por ejemplo encontrar una familia española para que acoja a tu hijo ucraniano y lo aleje del peligro. Y después de eso escribir a una empresa española de clases particulares para que se aseguren de que tu hijo alcanza un buen rendimiento académico en un país que no es el suyo, mientras sus padres luchan por sobrevivir. Esta fue la historia que llegó a la bandeja de entrada del correo de atención al cliente de Bel, en el que además nos pedían algún tipo de descuento para poder afrontar el coste de las clases. ¿Y qué ibamos a hacer? Lo tuvimos claro. Decidimos esponsorear las clases particulares de este chico. ¿Por qué? Porque queremos y porque podemos. Sin embargo, no podemos esponsorear a muchos más niños que necesitan de nuestra ayuda. Gracias a esta familia ucraniana estamos en contacto con otras que también se han tenido que separar de sus hijos y que quieren que esta guerra no destruya sus oportunidades de futuro. Esponsorear a un niño ucraniano era lo mínimo que podíamos hacer. Pero por suerte en Bel ya sois cientos de familias las que trabajáis con nosotros. Los tutores legales de estos chicos no siempre pueden hacerse cargo del coste de las clases particulares que necesitan. Si tú también quieres y puedes esponsorear a otro alumno expatriado por la guerra, rellena el siguiente formulario y te contactaremos lo antes posible.
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Muchas gracias y hasta siempre.
